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Un año después de Huracán Irma, WGCU está analizando el daño y la recuperación entonces. Rachel Iacovone, reportera de WGCU, visitó una de las áreas más afectadas.
Laysa Castenada vive con su madre, Zaira, en Immokalee.
“¿Cómo estuvo tu casa después?” Yo le pregunto.
“Se lleno de agua por la lake, la laguna. Mucho de lo shingles, the shingles, se cayeron. So, eso afecto nos roof," dijo Laysa.
“El techo,” Zaira lo corrige.
“El techo," Laysa repite.
“Y, ¿le dijiste a algien?” Yo le pregunto. “¿FEMA?”
“Sí, los dijimos, pero…” dijo Laysa.
“Tardaron mucho para arreglalo," dijo Zaira. "So, que nosotros la arreglamos personalmente.”
Laysa es un estudiante de comunicación en Florida Gulf Coast University. Su madre trabaja en los campos de naranjas.
Ellas encontraron ayuda por dentro de su communidad.
En otra parte de la ciudad, misa esta terminando en Our Lady of Guadalupe Catholic Church. Los feligreses se alinean para los tacos fuera de la iglesia, donde Irene Barnhart Sauceda está cocinando la carne.
“No teníamos energía para 17 días," dijo Barnhart Sauceda. "Creo que fuimos el ultimo grupo que recuperó poder en Immokalee.”
Barnhart Sauceda, su esposo y sus tres hijos viven en la parte más interior de Immokalee. El ojo de la tormenta — y su calma — nunca pasó por su casa.
“Irma se quitó nuestra lanai,” dijo Barnhart Sauceda. “Tuvimos daños por agua en nuestro granero, cobertizo y otras habitaciones.
Las reparaciones a la casa de la familia comienzan en el primer anniversario de Irma.
“Estábamos esperando y esperando," dijo Barnhart Sauceda. "Pero, habia tanta gente que necesitaba reparaciones.”
A pesar de la espera, Barnhart Sauceda dice que se siente bendecida por que el daño no fue tan grave.
Ella me dice lo que muchos de Immokalee han dicho después de Irma: "Gracias a Dios."